Magnífico edificio inspirado, como el de Washington y otras ciudades, en el original romano. Aunque en monumentalidad y riqueza decorativa, el habanero es el más importante entre los actuales.
El Castillo de la Fuerza es la primera fortificación de La Habana, construida en el siglo XIV, para proteger la ciudad de piratas. Actualmente es sede del Museo de la Cerámica.
La Condesa de Revilla Camargo, convirtió esta mansión, en la primera mitad de la pasada centuria, en sitio obligado de la nobleza europea de visita en la Isla, así como de la aristocracia cubana y de personalidades de la cultura del país y del extranjero.
El Antiguo Centro Asturiano de La Habana alberga las colecciones de Arte Universal del Museo de Bellas Artes de Cuba. Hay que destacar las más de 650 piezas que representan el Arte de la Antigüedad.
En un bello palacio florentino, en pleno centro de La Habana, usted encontrará una colección única de objetos personales de Napoleón Bonaparte. Unico en su materia en América Latina, y uno de los cincos más importantes del mundo.
Un capricho arquitectónico, en él hay influencias góticas, románicas, barrocas e italianizantes combinadas con el estilo mudéjar que estuvo en boga por la España de los siglos XII y XIII.
Construido en 1909, el Palacio Guasch, es una elocuente expresión del eclecticismo cubano. Lo erigió, en honor a su esposa, el doctor Alvarez Guasch, polifacético y romántico erudito.